Blanco y Negro

Blanco y Negro
Juntos... un huracán...

miércoles, octubre 19, 2011

COSAS PENDIENTES

Faltan dos días... solamente dos días... para llegar a los 50, cincuenta, sin cuenta..
Seguramente por estadísticas, menos de la mitad de mi vida.
Y mirando hacia atrás, y, hacia adelante, me falta más tiempo para hacer y vivir cosas.
Cada día sumo una decena de cosas pendientes, países por conocer, cosas que estudiar, charlas, libros que leer y que escribir, risas por contagiar, caminos que compartir, vida por editar... trabajos por saber, recetas nuevas por estrenar, sabores por probar, abrazos... tantos, que no podría contarlos, más que los años que cumplo, me reservo reencuentros, tengo también una cuota de histeriquismo de ese que no he utilizado hasta ahora, para utilizarla cuando sea necesario. Lágrimas que no he llorado, risas que no he inventado.
Un árbol que pide ser plantado y un libro, editado.
Guardo colores por vestir, un conjunto de ropa interior rojo; mi llanto desconsolado por la muerte de mis abuelos, por Tití, por tantos, que se fueron con un llanto pálido por vergüenza o porque no tomé conciencia de que ya no estarían más.
También las lágrimas de tantas veces que ésta vida me golpeó. Una madrugada en un taxi, y luego sentada en el escalón de la entrada a casa esperando que llegara el momento de poder tirarme a la cama a llorar a gritos...
Me guardo carcajadas, esas por las que tantos me reconocen.
Lágrimas de emoción por ver los primeros pasos, el primer diente de leche, el diente de menos esperando a los ratones, de mis niños y los niños de mis niños. Emoción hasta las lágrimas (que tengo guardadas) cuando vi a mi niña con ojos de otra y vi que sin darme cuenta ya era mujer, y yo más vieja.
Las lágrimas de la despedida de primaria, de la marcha en el cole cuando se van de secundaria y las fiestas que implicaron un anuario de egresados ... las he guardado..
Las lágrimas por una siesta interrumpida y un escobazo (juro que fue un golpecito) por escuchar la canción "paloma" de Mateo, que mi niño insistió en no cantar nunca más y que me dejó un corazón roto.
Me guardo la decepción de la primera extracción de muela. Porque muy ingenuamente pensé que la próxima vez no permitiría quedarme sin una pieza dental, como si mi vida se fuera a repetir una y mil veces.
Guardo broncas que están muy escondidas para que no me hagan perder el tiempo, en ellas.
Decepciones, sobre todo políticas.
Tengo anécdotas descabelladas, chistes bobos de los que me río cada vez que los recuerdo, canciones compartidas con mis amigas de la adolescencia. Nadie lo comprendería mejor.
Escondo canciones y autores que pensé que nunca escucharía. Libros perdidos y encontrados.
 Me olvidé de cosas que me avergonzaron o me avergüenzan y juro que tengo que buscarlas mucho dentro de mí para saber que existieron.
Me guardo una carcajada bien fuerte que no pude hacer estallar en el altar, el día que se casó mi hija, porque nunca me guardo lo que pienso.
Tengo una vida completa por delante, medio vaso lleno, mientras el tiempo y el espejo quieren hacerme creer que tengo medio vaso vacío.




domingo, octubre 16, 2011

VA MIA

Es la felicidad que se encuentra cuando vivís al mango. Ya pasaste tanto miedo, pánico, terror, angustia. Y cuando, por fin, todo eso desaparece te encontrás con la paz del deber cumplido y comienzan a aparecer las satisfacciones esas que van sacudiéndote haciendo que empieces a descubrir que la felicidad se va esbozando en las pequeñas cosas.
A diferencia de lo que sucede con los niños, porque cuando nuestros hijos nacen los pediatras nos recomiendan que comencemos a crearles  rutinas, pero cuando crecen, deberíamos enseñarles la responsabilidad sin rutinas.
Ser feliz no implica grandes cosas. No es necesario cambiar al mundo, alcanza con saber que estamos poniendo algo de nosotros en ayudar a cambiarlo. Saber quienes somos y quienes queremos ser, y que vivimos como queremos vivir. Es un estado interior que no tiene que ver con lo material. Es aceptarnos aunque carguemos con veinte quilos demás. Es sonreirle al espejo y al que tenemos al lado. Es sonreirle a la vida. Saber agradecer por lo que se tiene.
Solamente es necesario estar bien consigo mismo. Ser feliz no quiere decir que no tengamos grandes metas, quiere decir que vamos en camino hacia ellas. Aunque el camino no sea tan fácil. Y cuando logramos una, tener otra que nos lleve a seguir caminando. No podemos esperar logros para ser felices, primero debemos asegurarnos la felicidad, luego ir a por cada uno de los logros que creamos necesarios.
Soy feliz y por eso hoy va mía.