ABANDONOS...

Ella se fue y como cada uno de los que se han ido, se llevó un pedazo de mi historia. Grande. Un gran trozo.
Hol salió el sol, al fin. Llovió durante dos interminables días, y, tengo la sensación tan terrible de haber pasado diez días solo viendo llover. Deambulé dentro de mis espacios cotidianos. Inexplicablemente miré la TV. Leí más de lo que lo había hecho en los últimos tres meses.
Estoy sola. Sola con ésta manía mía de volver sobre los hechos que se sucedieron desde que llegué hasta ahora.
Cuatro meses es la tercera parte de un año. Un año es mucho cuando el tiempo pasa como en una película.
Aparecen imágenes como sacadas de un mazo de cartas bien barajado.
La primera vez que fui a lo de Cecilia. La expresión del hombre al que amé y amo cuando fue descubierto en lo peor q hizo en su vida. Mi túnica blanca con la moña deshecha. El café con leche acompañado de pan con manteca y azúcar, que preparaba mi abuela María. Papá subiendo la escala de uno de los barcos que representa, con su sonrisa ancha. Sus manos golpeando la mesa de la cocina de casa porque yo no prestaba atención a los deberes. El liceo céntrico al que fui de adolescente y alguien rompió un compromiso diciendo que era por mí. Y luego de adulta en ese mismo liceo terminé el bachillerato.
La escalera del apartamento donde crecí colmada de adolescentes (amigos de mi hermana y yo) que nos juntabamos ahí porque mamá nno nos dejaba fumar adentro. La bolsa de hielo debajo de la campera apretada contra la boca de mi estómago para soportar el dolor sin que nadie se enterara y poder ir a bailar. El altillo de la casa de mis abuelos maternos donde pasé tanto tiempo de mi niñez y que era toda una aventura estar allí. La primera vez que vi a mis hijos. La emoción de mi hombre en cada embarazo y nacimiento. Mamá tejiendo. Yo llorando a gritos sentada en el living de conocidos que trataban de consolarme de algo que ni siquiera comprendia.
Yo sola. Yo conmigomisma. Yo.
Mi hombre amándome. Mi hombre sabiendose mio. Mi hombre que vive por mí. Mi hombre que era su consentido a pesar de que yo había sido como una hija, sobrina más.
Ella se fue y se llevó tanto de mí, de mi historia, de mi vida...

OTOÑO

Silencioso llegó el otoño. Viene disfrazado de verano, pero lo podemos descubrir en el color de las hojas de los árboles, la migración de las aves.Y aquí, en el paraíso, por el silencio y el olor de la naturaleza.
Corre una suave brisa que no se diferencia de la del verano, a no ser por las hojas amarillas que insisten en danzar su despedida.
El mar está profundamente verde.
Al mediodía hacemos sombra, ya no somos un punto ni un círculo alrededor de nuestros pies. El sol ya se alejó del zenit para aparecer desde un punto difuso detras del cerro del Toro y pasar a varios grados del punto encima de nuestras cabezas.
A la noche necesitamos un abrigo liviano.
Los baños de mar son tibios porque mantienen la caricia del sol de los últimos meses, ya no se sienten como en diciembre cuando rompíamos la frágil capa de hielo con nuestro cuerpo caliente.

DE HISTORIAS VIVIMOS...

Erase una vez una hermosa princesa muy hermosa e inteligente. Ella, sin vestir como la realeza, dejaba ver su estirpe en sus razgos refinados y su andar. Parecía levitar entre el resto de los seres que la rodeaban.
A pesar de que los años pasaban, la princesa se volvía cada día más bella. Tenía un príncipe que solo miraba alrededor para confirmar que su compañera seguía siendo la más bella del reino. Él hacía todo cuanto estaba a su alcance para que ella fuera feliz.
Un día una niña mujer conoció a la princesa y decidió que sería como ella. Corrió al regazo de su madre y le contó su sueño, su madre le compró un vestido muy blanco de princesa, pero la niña no se conformó. Ella no era bella ni levitaba al andar, además no tenía un príncipe que la hiciese feliz. Nada pudo hacer, a pesar de su esfuerzo para conseguir esos dones que vienen dados.
"Al menos me quedaré con el príncipe" pensó. Así pasaron muchas lunas. Siempre que podía intentaba llamar la atención de él, se mostraba sensual y trataba de conquistarlo con su cuerpo joven.
Luego de tanto hacer, el príncipe le habló. Dio señales de que sabía de su existencia. Pero la niña casi mujer se enojó porque no pudo enamorarlo ¡a pesar de su juventud!
Nuevamente corrió a llorar al regazo de su madre. Entonces ellas intentaron envenenar a la hermosa princesa. Si lo lograban la joven podría quedarse con las migajas del príncipe.
La princesa se enfermó pero su compañero la curó sabiendo que no podría vivir sin ella.
La madre bruja y la niña casi bruja se enfermaron de envidia viendo el amor y la felicidad de la corte, la que nunca podrían quebrar.
Colorin colorado ésta historia se ha terminado, pero nos queda una moraleja:
LAS PRINCESAS PRINCESAS SON, LOS SAPOS SAPOS SON.
LAS BRUJAS PODRÁN COCINAR MUCHAS POCIONES, PERO NUNCA PODRÁN CONTRA EL AMOR Y LA FELICIDAD.

DESDE MI PARAÍSO...

Desde aquí, ya con la cabeza en las obligaciones que tendré que cumplir durante los próximos seis meses. Pero voy poniendo en órden lo que necesita soluciones y organización.
Yo, ahora, trabajo un poquitito y descanso mucho. Pienso demasiado, pero eso es bueno, al menos en mi caso.
Sólo quería hacerme presente.
Sigo en mi playa, la anacahuita y los silencios recuperados.