METAMORFOSIS

Busco hasta que consigo el metro cuadrado en soledad y silencio. Recién después de ello, puedo dedicarme a saborear ésta inmensidad de nada donde las palabras comienzan a agolparse en las yemas de mis dedos y piden ser escritas. Pueden pasar horas, días, semanas y hasta años en los que cualquier frase dibujada al azar pasa a ser la peor de las frustraciones. Pero cuando se desata el nudo en que me voy convirtiendo, cuando logro, al fin, soltarlo, mi mano comienza a vomitar compulsivamente todo lo que había sido atrapado. Mi ser redondeado de tanta palabra guardada, vuelve a tomar forma de mujer con odios, amores, tantas pasiones relegadas.
Y no quiero que nadie ni nada me despierte ni sacuda de ésta metamorfosis.
Mucho ha pasado antes que volviera a retomar el hilo de lo que alguna vez intenté escribir y como tantas otras veces quedó perdido en la nada.
Hoy vuelvo a nacer mariposa, y que sea el devenir o el mismísimo azar que dispongan en adelante lo que fui, soy y seré.